jueves, 29 de julio de 2010

Las conquistas sociales y los derechos adquiridos

Muy de moda estos dos terminos, como economista no entiendo su significado, tal vez provenga de la sociologia o antropologia, no se; pero veamos lo que mi cultura general y economica puede aportar:

Como sabemos en el mercado la asignacion de recursos es determinado por la asignacion inicial y la eficiencia que es usan los recursos, en cambio en estos dos terminos hacen alusion a una asignacion final que es determinada por reglas y acuerdos de tipo politico, lo interesante de estos ultimos que no son resultados de un proceso material sino de un proceso politico, y mas interesante aun puede tener resultados que en conjunto son generalmente desproporcionados a los que fisicamente se pueden lograr.

La existencia de estos dos procesos es resultado de la incapacidad de algunos agentes, que mediante su accionar netamente economico puedan lograr resultados satisfactorios, ya sea que su asignacion inicial es muy poca o son ineficientes, pero son cosas francamente solucionable con: igualdad de oportunidades y educacion. Entonces existe un fallo de los gobiernos en estos dos temas.

Pero para muchos pensadores, sobretodo de tendencia izquierdista, estas dos soluciones no son efectivas, estructuralmente el mercado siempre dara resultados muy desiguales y se basan en la evidencia empirica de los primeros momentos del mercado, cuando la desigualdad aumenta pero se ha demostrado tambien que esta disminuira con el pasar del tiempo (sobre esto trabajo el ruso Kutnezs).

Por tanto, lamentablemente el mercado no hace maravillas de la noche a la mañana (bueno nadie lo ha logrado), y segira existiendo politicos para alimentar esta idea de que mediante politica se puede lograr mejores asignaciones.

sábado, 24 de julio de 2010

Para los estatistas y los que quieren estatizar y limitar el agro privado

Lean pues, algunos diran que novedad, pero hay algunos que no aprenden, o no señores del blog AEPERU...


Quito. Años atrás, cuando el colombiano Luis Fernando Suárez entrenó a la Selección Ecuatoriana de Fútbol, les entregó un libro para motivar su buen desempeño: La culpa es de la vaca. Se trata de la historia de una familia que vivía en la pobreza y se sostenía con una vaca, la cual les proporcionaba el alimento. Un día les mataron la vaca y la familia pasó dificultades pero gracias a esa crisis buscó otros medios para sobrevivir, aprendieron a mantenerse sin la vaca y mejoraron su calidad de vida. El objetivo del entrenador era que los jugadores, al leer la historia, se motiven a “matar” la inseguridad y eleven su autoestima para ganarles a los equipos más grandes.
El sector arrocero ha perdido a su vaca. Desde que se le cerraron las puertas al mercado colombiano en 2008 la venta ha caído drásticamente desde hace dos años. Luego de exportar US$ 56 millones en 2007, se vendieron apenas US$ 2 millones en 2008 y US$ 3,4 millones en 2009, según datos de la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (CORPEI).
.Durante los últimos seis años el arroz ecuatoriano llegó hasta países como Alemania, Italia, Estados Unidos, España, México, Chile y hasta su principal competencia, Perú, pero en pocas cantidades. El mayor destino siempre fue Colombia, que entre 2004 2009 compró US$ 137 millones de la gramínea, que representa el 0,05% de las exportaciones no petroleras. A pesar de que en 2010, hasta el mes de abril se vendieron apenas US$ 2 millones a Colombia y US$ 10 millones a Italia, en la actualidad el principal importador es Venezuela y la venta se produjo por un acuerdo entre gobiernos.
Nuevos mercados. En un intento de recuperar las ventas con Colombia, en abril pasado se retomaron las relaciones comerciales de arroz con el país vecino, sin embargo, el acuerdo no ha tenido mayores resultados pues ellos cuentan con una reserva de arroz y ya no necesitan importarlo de Ecuador.
“Colombia era el país que siempre nos compraba, ese ha sido un problema fundamental para que no se haya desarrollado mucho la comercialización”, señala Rosa Lema, presidenta de la Corporación de Industriales Arroceros del Ecuador (Corpcom).
Con un largo suspiro, la dirigente reconoce que el sector está en crisis, que es necesario invertir en tecnología de cultivos, expandirse a nuevos mercados y mejorar los análisis de cosecha. Este es principal porque a partir de la previsión de los resultados se toman las decisiones de lo que se va a hacer con la producción.
Y lamentablemente, el último estudio no funcionó. “Este año se esperaba un excedente de 300 mil toneladas de arroz. Imaginábamos que íbamos a tener una salida fluida de arroz de cosecha hasta fines de junio y julio y eso no ha sido así, entonces eso significa que el análisis de cosecha no estuvo bien hecho”, dice Lema, quien explica que este estudio lo realiza el Gobierno pero “parece que no está totalmente capacitado o no tienen toda la tecnología adecuada”.
Ese resultado del excedente que habría en la producción de arroz para este año preocupó al sector, por lo que el Gobierno de Ecuador encontró la solución en hacer una alianza estratégica con el Gobierno de Venezuela para la venta de 150 mil toneladas de arroz, pero la presidenta está preocupada porque cuenta que apenas se han podido captar 100 toneladas y a pesar de que espera que la cantidad prometida se complete con la última cosecha de este año, no ha habido el excedente previsto.
Reorganización. Otro que se pregunta dónde está el arroz es Kirk Martínez, quien se dedica al cultivo en Samborondón y es el presidente de la Asociación Agropecuaria Faldas del Cerro que reúne a 31 productores como él, de ese cantón y de Daule. Ellos en cambio esperaban que la producción sea de 900 mil toneladas.
“Nosotros los agricultores asumimos que de todas maneras tienen que tenerlos en planta privada que se dedique a captar el arroz. Lo han de tener guardado para después tal vez vendérselos al mismo gobierno a US$ 28 y estas plantas lo que hicieron fue comprarnos el arroz a US$ 22 ó US$ 23”. Martínez denuncia que, a pesar de que el precio acordado con el Gobierno es de US$ 28 las 200 libras de cáscara, hay compradores que les pagan desde US$ 13 hasta US$ 24.
Por esto, Martínez sugiere que se necesita una reorganización del sector, regulación en precios, centros de acopio del Estado y mayor control para evitar esas estafas. Dice que hace más de dos meses, él se reunió con el ministro de Agricultura y Ganadería, Ramón Espinel, quien lo delegó para formar una comisión con los productores, de tal manera que puedan hacerle llegar sus requerimientos, pero esto no ha tenido resultado, pues luego de ese encuentro se queja de que no han tenido acceso a él.
El precio de cada tonelada de arroz ecuatoriano oscila entre los US$ 600 y US$ 700 mientras ue en Perú es el 30% menos.
“Le hicimos llegar una carta el 12 de abril”, recuerda Martínez y hasta la fecha no reciben ni respuesta ni un horario de cita. En el documento le exponen cuáles son los problemas más urgentes de su gremio, uno de ellos es el ingreso ilegal de arroz peruano que causa una baja en las ventas del producto nacional.
Escasa inversión tecnológica. Otro de los problemas es la poca inversión en tecnologías de cultivo. Kirk Martínez dice que se están preocupando por tener tierras más mecanizadas, sin embargo cree que en Ecuador no está bien orientado el uso de semillas certificadas y plantea que el Gobierno debería crear una planta especializada para el uso de semillas de los agricultores.
La inversión en tecnologías de cultivo puede llegar a costar unos US$ 1.000 por hectárea. “Es alto el precio. Nosotros producimos entre 50 y 60 hectáreas, entonces imagínese el precio. No todos los agricultores tienen los recursos para invertir”, dice. Por eso, propone que el Estado debería hacer estudios de suelo para ver qué fertilizantes se necesitan porque muchas veces los agricultores por desconocimiento colocan productos en la tierra que no deben utilizar y ellos están abiertos a que los capaciten para mejorar la producción.
El rendimiento actual del arroz ecuatoriano en cáscara es de 40 sacas por hectárea aproximadamente. “No pasamos de ahí. El año pasado también estuvimos entre 40 y 50, deberíamos llegar a 80. Con la producción más grande, baja el precio”, explica Rosa Lema, pues el precio elevado del arroz ecuatoriano lo hace poco competitivo en la región con el peruano, por ejemplo.
“Muchas solicitudes de arroz hemos tenido pero cuando empezamos a negociar y damos el precio nos dicen que no porque otros países lo venden más barato”, señala. Apunta que otros mercados interesados en el producto ecuatoriano son Haití, Chile, África y también Irán. Lastimosamente, cuenta que con este último no funcionó por el precio. El precio de cada tonelada de arroz ecuatoriano oscila entre los US$ 600 y US$ 700 mientras que en el caso de Perú es de hasta el 30% menos.
“Ya no me da tristeza que no hayan hecho negocio más grande porque no hubiéramos quedado bien”, dice la presidenta de Corpcom y por eso, cree que el Gobierno no debe esperar a negociar para colocar los excedentes de arroz por urgencia, sino que debería tener mayor planificación. “Cuando el Ministro de Agricultura supo lo del excedente grande, entonces lo que buscó rápidamente fue un auxilio, un SOS, como dicen y el SOS fue Venezuela. Si hubiera sabido que no iba a ver un excedente tan grande, yo creo que no se hubiera tal vez tomado la decisión de venderle a Venezuela”, opina Lema.
A pesar de los acuerdos y desacuerdos, hay ganas de colaborar entre los empresarios y el Gobierno. Corpcom hizo una alianza con los piladores para apoyar al Gobierno siendo centros de acopio del arroz para exportación, sin embargo, es claro que los involucrados en el sector arrocero, tanto piladores, como productores, empresarios y el ministerio, necesitan cambiar la receta, rediseñar sus estrategias de comercialización, sus programas de exportación e invertir en estudios del suelo para mejorar la producción y la acogida del arroz ecuatoriano. A tomar la iniciativa para salir de la crisis y aprender a sobrevivir sin la vaca.

http://americaeconomia.com/negocios-industrias/el-desafio-de-la-industria-arrocera-ecuatoriana-por-encontrar-una-nueva-receta

miércoles, 21 de julio de 2010

Stiglitz, aunque ahora hace politica, dice cosas interesantes

Aqui un articulo sobre Stiglizt, el principio es interesante, despues ya se enreda...


Si Obama siguiera a Stiglitz, ¿terminaría como Kennedy?
15-07-2010 /
Norberto
Para ejecutar lo que recomienda el economista norteamericano Joseph Stiglitz, Barack Obama debería recortar el gasto militar (retirar a los Estados Unidos de Irak y Afganistán, como mínimo, tal como prometió en la campaña electoral, y no atacar a Irán); eliminar los subsidios a la industria petrolera y estimular con créditos a tasa cero la inversión industrial y el consumo de bienes durables, ya que el costo del dinero es muy bajo. Eso provocaría un avance de la producción y permitiría recuperar la mayor parte de los empleos caídos. Entre otras medidas, con una pequeña porción de los 700.000 millones de dólares con que Washington socorrió a Wall Street, la Casa Blanca podría rescatar las dos millones de hipotecas que serán ejecutadas entre este año y el próximo, dice el premio Nobel. Además, esa medida le daría un impulso reactivador a la construcción.

Podría pensarse que Stiglitz no inventa nada porque lo suyo es keynesianismo puro, aunque esto es sólo aparente; el mundo que conoció lord Keynes ya no existe más. Hoy el capitalismo está en manos de la banca y de las industrias militar y petrolera, en ese orden. Aunque no lo afirma explícitamente, de hecho Stiglitz propone cambiar el centro de gravedad de la economía norteamericana y mundial, que hoy ocupa la banca. Su paradigma es la industria como nuevo sector hegemónico del capitalismo, basado en la tecnología, con bancos al servicio de la producción, sin subsidios a las petroleras y con una maquinaria bélica limitada a los mínimos necesarios para la defensa. En parte, estos ahorros serían equilibrados por un aumento de la inversión pública en infraestructura, investigación y desarrollo, salud pública y educación, lo que reduciría paulatinamente el déficit sin enfriar la economía. Stiglitz llama a esto “redireccionar el gasto”.

Si Obama llevara a la práctica estas ideas, o la mitad de ellas, posiblemente terminaría como JFK, quien fue sacrificado por oponerse a la escalada militar en Vietnam, negándoles así a los contratistas del Pentágono una gran posibilidad. Por eso lo primero que hizo el sucesor, Lyndon B. Johnson, fue autorizarla. Entonces la industria bélica ganó toneladas de dólares y los Estados Unidos perdieron la primera guerra de su historia.

El problema número uno del capitalismo actual –y la primera explicación de la crisis global– es la hegemonía de las finanzas sobre la producción en una proporción de 20 dólares de especulación por cada dólar de PBI. Ese predominio abrumador es el producto de una combinación de causas y efectos, acaso previsibles, que se han ido amasando en el último medio siglo.

Primero Nixon abandonó el patrón oro, que por su propia naturaleza restringía las maniobras especulativas. Esto significa que hasta entonces el patrón de la economía era el oro, que siempre es caro y escaso, y no el dólar, que se puede fabricar a voluntad. El déficit de las cuentas públicas norteamericanas se volvió intratable desde el momento en que empezó a ser cubierto con emisión de billetes y bonos, es decir con papeles sin respaldo. Los numerosos conflictos de la posguerra (Corea, Vietnam, los Balcanes, Irak dos veces, Afganistán) y el desarrollo del arsenal nuclear hicieron que la mayor parte del déficit fuera una consecuencia directa o indirecta del gasto generado por el aparato militar-industrial.

Para imaginar el volumen del déficit estadounidense basta con sumar las emisiones que durante medio siglo se utilizaron para cubrirlo. Con buena parte de esa liquidez se puso en movimiento una fenomenal bicicleta financiera, porque, junto con otras fuentes de recursos (petrodólares, monedas varias, dinero sucio), fueron utilizados para especular por los bancos y los fondos buitre. En todos los casos se mezclaron el dinero relativamente limpio con el proveniente del tráfico de drogas, de la venta ilegal de armas y de la evasión impositiva mundial (incluida aquí la fuga de capitales), que suman unos 5,5 billones de dólares/año (casi 14 veces el PBI de la Argentina).

Este es el dinero sucio que los bancos primero lavan y después manejan en las mesas de dinero. Al desarrollo de esta hipertrofia especulativa contribuyeron en gran medida Ronald Reagan y Bill Clinton, quienes en el último cuarto del siglo pasado eliminaron las restricciones que mantenían en caja a Wall Street desde la Gran Depresión. En Europa los imitaron Margareth Thatcher, Helmut Kohl y Felipe González, entre otros, y los sucesores siguen haciéndolo. Con la complicidad manifiesta del poder político, el neoliberalismo fue la plataforma que permitió la articulación de la economía en beneficio de los especuladores y en detrimento de la producción. Si la globalización fue el Canto a la Alegría del capitalismo de renta, la crisis global puede ser su Marcha Fúnebre, aunque esto último está por verse, porque por el momento no se ven alternativas que puedan reunir el suficiente poder político. La socialdemocracia fue arrastrada al mismo juego por su incapacidad de proponer otra forma de capitalismo, como se ve claramente en España. De cómo se resuelva esta lucha dependen las condiciones de vida de una gran parte de la población mundial, no sólo de la vasta periferia sino también de algunos países europeos. El FMI monitorea el mundo como un gran satélite financiero e impone sus programas contractivos, ahora en detrimento de Grecia, España, Portugal, Irlanda y los bálticos, que financiaron sus déficits con deuda externa porque no cuentan con la máquina de fabricar billetes, como los Estados Unidos, ni con la fortaleza económica de Alemania y Francia. Previamente varios de aquellos países habían sido atacados por fondos especulativos que aprovecharon sus debilidades internas (déficit público) y externas (deuda). Un euro más caro que el dólar no les hizo ningún favor a las economías secundarias de Europa, que ya añoran sus monedas nacionales, sacrificadas en el altar de una integración asimétrica. Inglaterra, que mantuvo la libra, es el único país que eventualmente podría devaluar. Nadie sabe mejor que Londres cómo se manejan estas cosas. En la crisis del euro el único objetivo del FMI es que los deudores paguen, porque el capital prestado no es sólo ni principalmente europeo. Por eso recomienda una vez más el ajuste del gasto público, la reducción de los salarios y el recorte de las leyes laborales y sociales. Según esa receta, para poder pagar hay que ahorrar como sea. La depresión de las economías menores de Europa no es su problema, como no lo fueron las crisis social, económica y política de la Argentina, Rusia y Turquía, sacudidas hasta los cimientos cuando llegó el fin del ciclo liberal. Toda crisis es también una oportunidad, sobre todo para la concentración del capital, como saben en Wall Street sin necesidad de leer a Marx. Quien maneja las deudas de los países maneja el mundo. En el futuro muchos gobiernos necesitarán nuevos préstamos; los acreedores seguirán siendo los mismos. Comparado con la conducta de “los mercados”, Shylock, el usurero, parece apenas un viejo cascarrabias.

http://www.elargentino.com/nota-98790-Si-Obama-siguiera-a-Stiglitz-terminaria-como-Kennedy.html